El gasto en pensiones, muchas veces considerado una “bomba de tiempo”, continúa creciendo y absorbiendo cada vez más recursos del erario público, desplazando así otros gastos prioritarios para la población, como salud y educación, de acuerdo con la información divulgada por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

Entre enero y mayo de este año, el gobierno federal destinó 514,222 millones de pesos al pago de pensiones y jubilaciones, lo que representó un aumento anual de 2.4 por ciento.

Si bien el incremento es moderado, el gasto en pensiones y jubilaciones absorbió 16.7% del presupuesto total ejercido en los primeros cinco meses del año, que fue de poco más de 3.07 billones de pesos.

El gasto en pensiones ha aumentado significativamente en los últimos años, absorbiendo cada vez más recursos públicos, a la vez que más mexicanos y mexicanas se jubilan. Hace 10 años, en el mismo periodo, el gasto en pensiones absorbía 13.7% del presupuesto.

“El mundo está viviendo una transición demográfica sin precedente. La proporción de adultos mayores de 65 años respecto al total de la población está aumentando por dos razones principales: el aumento en la esperanza de vida y la caída en el número de hijos promedio por mujer en edad fértil. Lo anterior tiene, entre sus consecuencias, retos importantes para el financiamiento de los bienes y servicios que los adultos mayores demandan como servicios de salud, de cuidados y acceso a una pensión”, destacó el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).

Actualmente, el gasto en pensiones es mucho mayor, por ejemplo, al gasto en inversión física, que fue de 335,300 millones de pesos en el periodo, o bien, el de salud, que fue de 240,027 millones de pesos, o educación, de 349,635 millones de pesos.

Este año serán 1.6 billones de pesos

De acuerdo con lo aprobado en el Paquete Económico 2023, el gasto en pensiones, considerando las contributivas y no contributivas, será de 1.6 billones de pesos, lo que equivale a 5.2% del Producto Interno Bruto (PIB).

Ante la expectativa de un mayor gasto en pensiones en los siguientes años, y el plan del gobierno de aumentar el monto del apoyo que se da con la Pensión del Bienestar, analistas han señalado la necesidad de una reforma fiscal que pueda no sólo solventar los pagos a los pensionados, sino también que ayude a financiar otros rubros de gasto.

Hace algunas semanas Carlos Urzúa, ex secretario de Hacienda, alertó sobre el gasto en pensiones, el cual dijo podría llegar a representar 6% del PIB al cierre del actual sexenio, lo cual deja un apretado espacio fiscal.

De no hacer una reforma fiscal el siguiente sexenio, expertos han señalado que se correría el riesgo de la insostenibilidad del sistema fiscal, un aumento del endeudamiento y servicios públicos que no atiendan de manera adecuada a la población, lo que también puede afectar la productividad y, a su vez, el desarrollo económico.

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