Los datos entre enero y noviembre del año pasado mostraron que el pago de las pensiones del IMSS –que considera las del Régimen de 1973, las rentas vitalicias de la Ley de 1997 y el Régimen de pensiones y jubilaciones del IMSS–, sumó 684,829 millones de pesos, lo que representó un aumento anual de 9.8 por ciento.

De esta manera, las pensiones de los trabajadores continuaron concentrando la mayor parte del gasto programable de la institución. En total, 66% de los 1.03 billones de pesos gastados por el IMSS en el periodo fueron a parar a las pensiones.

El problema en el IMSS es que, mientras las pensiones superaron 600,000 millones de pesos, otros rubros como gastos de operación, inversión física o financiera se quedaron rezagados. Además, el gasto en pensiones supera los ingresos propios del IMSS. Entre enero y noviembre del 2023, estos ingresos sumaron 503,883 millones de pesos.

Las pensiones que otorga el IMSS, la mayoría por la Ley de 1973 de beneficio definido, son una de las grandes presiones del gasto público, pese a las reformas que se han implementado en diversos sexenios para atenuar el impacto de éstas no sólo en el presupuesto del IMSS, sino en el del gobierno.

Alejandra Macías, directora general del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria, señaló que la reforma de pensiones del 2020 fue algo positivo ante los cambios que trajo para aumentar el ahorro de los trabajadores; sin embargo, no se tocó el tema del gasto.

La reforma del 2020 fue positiva, pero el gasto en pensiones no se tocó, y éste ha venido creciendo muy rápido”.

El mayor incremento del sexenio

Los datos de Hacienda mostraron que el crecimiento de 9.8% del pago de pensiones del IMSS entre enero y noviembre fue el mayor aumento para un periodo similar que se reporta en el sexenio de López Obrador.

Además, fue el mayor desde el 2018, cuando aún en el gobierno de Enrique Peña Nieto, las pensiones crecieron 10.6 por ciento.

En el IMSS, el gasto en pensiones ha sido uno de los rubros que crece, de manera importante, cada año. Los datos de Hacienda muestran que, desde el 2003 han aumentado de manera ininterrumpida.

No obstante, mientras que en el sexenio de Peña Nieto este gasto del IMSS creció 42.8%, en lo que va del actual gobierno ha aumentado 32.3 por ciento.

Cabe recordar que para quienes cotizan en el IMSS desde antes de la reforma de pensiones de 1997, pueden obtener una liquidación si tienen un mínimo 500 semanas cotizadas y dependiendo de la edad que se pensionen se le otorga un porcentaje de pensión que le correspondería si se esperara hasta cumplir 65 años de edad.

Por vejez o cesantía, si se retira a los 65 años se le otorga 100% de su salario. A los 54, 95%, a los 63 años, 90%, a los 61, 80%, y a los 60, 75 por ciento.

Nueva reforma

A inicio de año, el presidente López Obrador anunció una nueva reforma de pensiones, la cual será presentada en su totalidad el próximo 5 de febrero, junto con otras más que quiere impulsar antes de acabar su sexenio.

Hasta el momento, los detalles que ha dado sobre esta nueva reforma es que busca que los trabajadores se puedan retirar con una tasa de reemplazo de 100%, en donde el gobierno podría aportar recursos para que este nivel sea alcanzado.

“Nosotros logramos una reforma, pero no es completa. Por eso ahora vamos a profundizarla. (En la reforma del 2020) nos ayudó el sector privado incrementando sus cuotas de participación para las jubilaciones, ellos se comprometieron a incrementarlas; sin embargo, no es suficiente. Entonces, lo que vamos a hacer es un análisis, una corrida, para ver cuánto necesitamos. Y que el gobierno ayude”, señaló López Obrador.

Lo anterior, dijeron diversos expertos, sería meterle más presión a las finanzas públicas, las cuales este año destinarán casi dos billones de pesos al pago de pensiones, tanto contributivas como no contributivas, estas últimas como la Pensión para el Bienestar para los Adultos Mayores.

Héctor Villarreal, catedrático del Tec de Monterrey, indicó que el aumento en la Pensión para el Bienestar, en conjunto con el desembolso que se hace para pagar las pensiones del viejo régimen, así como las del ISSSTE, Pemex, CFE y otros regímenes (como universidades y gobiernos estatales), son una de las grandes presiones para las finanzas públicas del país, por lo que aumentar los apoyos en este programa, o bien, que el gobierno aporte para aumentar el ahorro que administran en las afores, reduciría aún más el espacio fiscal con el que se cuenta para implementar políticas públicas y cubrir otros rubros prioritarios.