El reto de hacer fácil el ahorro: un experimento en las pequeñas tiendas de México

¿Se puede poner el ahorro para el retiro al nivel de las cosas más rutinarias de nuestra vida, como ir a la farmacia, al supermercado o a la tienda de la esquina a comprar el pan? ¿Cómo se puede adaptar la infraestructura necesaria para el ahorro y facilitar al máximo la creación del hábito de ahorrar? En México, donde solamente uno de cada tres trabajadores está ahorrando para su vejez, una intervención del Laboratorio de Ahorro para el Retiro del BID trató de arrojar luz sobre un tema que, en el contexto de rápido envejecimiento que va a experimentar América Latina y el Caribe, va a ser esencial para la región.

Buscando incentivar el ahorro para la vejez en zonas urbanas marginadas y áreas rurales, el Laboratorio de Ahorro para el Retiro se alió con la Consar (la institución que regula el sistema de pensiones mexicano) y Yastás, una entidad financiera que “da servicio incluso en áreas donde no hay infraestructura bancaria a través de la afiliación de pequeñas tiendas que son referentes en las comunidades”, como subraya Yerom Castro, director general de la compañía. A través de la red de establecimientos afiliados a Yastás, se buscó concienciar sobre la importancia del ahorro a la población más vulnerable, que es a su vez la que menos ahorra para su pensión (en México, apenas el 10% de los trabajadores de menos ingresos ahorra para su vejez). La idea, además, enlazaba muy bien con otras iniciativas de la Consar destinadas a ampliar el número de mexicanos que tienen una cuenta afore. “Parte de la estrategia era crear canales que estuvieran al alcance directo de la población mexicana y que les permitiera ahorrar en cualquier momento”, explica Marlene Olvera, subdirectora de Inclusión Financiera de la Consar.

Terminales para ahorrar Entonces, ¿en qué consistió esta intervención? A través de una campaña de comunicación y mediante la capacitación de más de mil tenderos de Yastás en la región de Puebla, Tlaxcala y Veracruz, se buscó que estos incentivaran el ahorro para la vejez entre sus clientes. Así, en las mismas terminales que se utilizan para transacciones financieras sencillas (como el pago del agua o la luz), los mexicanos de estas zonas podían realizar aportes a sus cuentas afore. No te pierdas el vídeo de la intervención, en el que podrás escuchar los testimonios de algunos beneficiarios.

Fuente: BID