Ahora las pensiones son para todos los adultos mayores del país, los ancianos respetables”, dice el presidente Andrés Manuel López Obrador en un spot que anuncia el informe de hoy. Las pensiones en México son un lío por mil razones, una es que hay muchas: las de contribución definida, las de beneficio definido, esquemas particulares de las empresas del Estado, las fuerzas armadas o las universidades, y la Pensión del Bienestar de 3 mil 850 pesos bimestrales, o mil 925 pesos al mes.

Otra razón, dicen expertos, es que los trabajadores/gobierno/empresa no aportamos lo suficiente, otros se quejan de los rendimientos o que es una carga fiscal muy alta y además es para pocos, pues la mitad de los trabajadores son informales. Lo más grave es que son sumamente desiguales. “Uno de los principios más importantes, el que hace la diferencia más grande entre los sistemas de pensiones y seguridad social de los países desarrollados y los menos desarrollados, no es el ahorro, ni la capitalización, ni el reparto, es que incluya a toda la población”, dijo Alejandro Bonilla, actuario de la Universidad Anáhuac de México, quien lideró el departamento de Seguridad Social en la Oficina Internacional del Trabajo en Suiza y preside la Asociación de Ex Funcionarios Públicos Internacionales para el Desarrollo.

Las jubilaciones deben resolverse para todos los ciudadanos porque son un derecho. No podemos decir a unos mexicanos que no les tocará una pensión digna, ¿o si? Establecer un sistema de pensiones no es sencillo. Es a largo plazo, deben participar todos, no hay uno perfecto para copiar y depende de otros eslabones. En la cátedra que dio Alejandro en la Anáhuac dijo: “Los actuarios debemos decir que no hay magia. Tienes un primer piso que es la educación, un segundo piso que es el mercado del trabajo y el tercero es después del trabajo. Si tu primer piso no es de cinco estrellas, tienes problemas; si el segundo no es de cinco estrellas, tienes problemas.

No me pidas, como actuario, que haga el tercer piso de cinco estrellas cuando los otros no las tienen”. Las pensiones son tan relevantes como la seguridad o la confianza para la inversión. Un sistema de pensiones eficiente “cuesta en términos políticos, económicos y financieros, pero no hacerlo cuesta más. El precio sombra es el subdesarrollo, la pobreza, la demanda final reducida”, dijo Alejandro. “¿Los jubilados con pensiones de miseria activarán la economía?”, preguntó, pues en unos años entre 30 y 40 por ciento de la población serán ellos.

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