Soluciones para las pensiones de los trabajadores autónomos en Brasil

Por Mauricio Dias Leister, Eduardo da Silva Pereira, Andrea Velasco Rufato, Otávio José Guerci Sidone & Rogério Nagamine Costanzi

Una de las características relevantes del mercado laboral brasileño es la alta proporción de trabajadores que trabajan de manera informal. Esta informalidad se configura básicamente en dos situaciones: el trabajador por cuenta ajena que no es dado de alta por su empleador y el trabajador autónomo que no cotiza a la seguridad social. En la primera situación, hay un agente interviniente en la formalización, que es el empleador, mientras que, en la segunda situación, la formalización se produce directamente por el trabajador ante el gobierno, representado por la seguridad social. En este caso, al existir una relación directa entre la seguridad social y el trabajador autónomo, las políticas destinadas a promover su afiliación pueden ser importantes para aumentar su nivel de protección social, asegurándoles una fuente de ingresos cuando no puedan trabajar. Brasil viene desarrollando acciones en el ámbito de la seguridad social, tanto pública como privada, con el objetivo de reducir la informalidad del trabajador autónomo. La alta informalidad, típica de los países de América Latina y el Caribe, suele reflejar la precariedad del mundo laboral en la región y una actividad empresarial por necesidad, derivada de las dificultades de inserción en el mercado laboral formal. En cuanto a la seguridad social pública, en 2006 se creó el Plan Simplificado de Seguridad Social y, en 2008, la figura del Microemprendedor Individual – MEI, con aplicación efectiva en 2009. En 2012, se produjo la reducción de la tasa de cotización, que ya estaba subvencionada, para el MEI y la creación de la categoría de contribuyente opcional para las familias con bajos ingresos.

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